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LA TRADUCCIÓN AUDIOVISUAL: SUBTÍTULOS Y TEXTOS PARA EL DOBLAJE

La traducción es un mundo tan amplio, que dentro caben incluso otros mundos. Como el de la traducción audiovisual, que es un mundo aparte.

A las necesidades habituales de cualquier traducción se le suman dificultades añadidas, propias del campo audiovisual, que hay que tener en cuenta para obtener resultados satisfactorios. Vamos a adentrarnos, pues, en el fascinante mundo de la Traducción Audiovisual (TAV).

¿Doblada o subtitulada? Dos enfoques (y dos problemas) diferentes

Cualquier serie, película o documental realizado en otro idioma nos llega “traducido” por una de estas dos vías, o por ambas: doblada o subtitulada. En el primer caso, se sustituye la pista de audio con las voces originales por otra con las voces hablando en nuestra lengua, y tiene enorme dificultad, como veremos enseguida.

En el segundo caso, hablamos de un texto que sustituye la información sonora y que, en general, aparece en la parte inferior de la pantalla. El formato más habitual es la subtitulación interlingüística, o sea, subtítulos en nuestro idioma bajo el audio original. Ésta puede ser realizada por profesionales o por aficionados (lo que se conoce como fansubbing), y luego tenemos otras modalidades como la subtitulación bilingüe (para ver los subtítulos en dos idiomas) o la traducción simultánea, que es la que se realiza en tiempo real en transmisiones en directo.

Este tipo de traducción conlleva una dificultad extra, que es respetar el sentido original del audio con una traducción condensada, eficaz, que permita transmitirlo en el menor número de palabras sin perder legibilidad. El motivo es que el texto no permanece en pantalla más que el tiempo justo que permita ese audio, diálogo, narración, etc. concreto, y el espectador ha de tener tiempo de leerlo antes de que desaparezca.

Las complejidades del revoicing

El llamado revoicing, que en su modalidad más común es el doblaje, conlleva un trabajo mucho más peliagudo. En este caso, el traductor debe transformar un guión escrito de una lengua a otra, conservando el sentido original pero adaptado a los giros necesarios de la lengua-destino para que suene natural. Pero en este proceso aparece una nueva figura, la del adaptador, que es quien adapta esa traducción a la locución de la misma, porque los sonidos han de ser visualmente armónicos con los movimientos de la boca del intérprete.

Existen, de nuevo, otras modalidades de revoicing: el VoiceOver, en el que la voz doblada se superpone sobre la voz original más baja (recurso muy utilizado en documentales, entrevistas o formatos testimonio) o el comentario libre (en el que el comentarista describe lo que se ve en pantalla desde su propio punto de vista), entre otras.

Hasta hace unos años, subtítulos y doblaje eran las dos grandes ramas de la TAV. Sin embargo, ha emergido un nuevo sector en este campo cuyos números crecen año tras año: la traducción accesible.

Nuevas modalidades de TAV: la traducción accesible

Hablamos de traducción accesible cuando tenemos textos dirigidos a un público muy concreto con necesidades especiales.

Una modalidad de traducción accesible sería la audiodescripción (AD) para personas con discapacidad visual. Consiste en una voz en off que transmite de forma sonora toda la información visual imprescindible para el seguimiento de la trama, del contenido del documental, etc.

En el otro extremo tenemos el subtitulado para personas sordas (SPS), en el que no sólo debemos traducir los diálogos con los requisitos antes mencionados, sino que debemos transmitir toda la información sonora que sea relevante para el seguimiento del contenido: un timbrazo, música, golpes en la puerta, voces de segundo plano…

Los estudios realizados indican que sólo entre 2011 y 2014 se pasó, en la TDT, de 27 horas semanales de programación con audiodescripción a más de 120. En el caso del subtitulado para personas sordas, frente al 37% de la programación que lo ofrecía en 2011, se pasó a un 67% en 2014. Actualmente, estamos hablando de tasas muy superiores que explicitan la buena salud de este sector.

Lo que nos indican esta especialización y las dificultades particulares de cada modalidad es que la traducción de contenidos audiovisuales requiere de un profesional bien formado, que esté preparado para afrontar cada tipo de problema y pueda realizar una traducción ideal, respetuosa y adaptada al público.

En Intertradoc, ofrecemos además la traducción de páginas web, ¡infórmate!

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